¿Por que Fracasamos?
Bert Hellinger 
Entrevista realizada por M. Magazian
Los éxitos y fracasos que experimentamos en la vida, ¿son la resultante de acciones realizadas en generaciones anteriores a la nuestra o son consecuencia de nuestras propias acciones?
Me gustaría limitarlos a la vida presente porque tenemos que considerar a los lectores, qué es lo que los ayuda a alcanzar el éxito. Se ha comprobado que las comprensiones que son básicas en las Constelaciones familiares son una ciencia y tienen un efecto sobre todas las relaciones. Si uno conoce las leyes fundamentales de esta ciencia puede reconocer qué es lo que lleva a tener o no éxito. Una de las leyes fundamentales que salen a la luz a través de las Constelaciones Familiares es que todos tienen el mismo derecho a la pertenencia, y si alguien queda excluido eso tiene como consecuencia grandes limitaciones que afectan la profesión y el éxito. Esa es una de las leyes: que todos tienen el mismo derecho al reconocimiento, y la segunda ley es que en todas las relaciones hay un orden de jerarquía, es decir, que cada uno en su grupo tiene un lugar determinado y nadie más puede ocuparlo, al igual que él tampoco puede ocupar otro sitio: debe permanecer en el suyo. El orden de jerarquía se deriva del tiempo de pertenencia a un grupo. De esta manera, el que llegó antes tiene prioridad en relación a los que vinieron luego. Por ese motivo, los padres tienen prioridad ante los hijos; el que nació primero, el mayor, tiene prioridad ante el que nació segundo, etc. Y en una empresa, aquellos que estuvieron antes tienen prioridad ante los que vienen después. Esta ley en nuestra sociedad no está reconocida, ni siquiera se sabe.
Ahora voy a dar un ejemplo concreto: entre la madre y el hijo, ¿quién llegó primero? La madre. Sin embargo, hay muchos que se ponen por encima de ella, le hacen reproches, le indican cómo debe ser y la rechazan. El resultado es que fracasan en su profesión. Esto se puede comprobar muy fácilmente, solamente hace falta mirar a aquellos que fracasaron, por ejemplo a los que sufrieron una bancarrota, a los que perdieron su trabajo o el dinero; solamente miramos a la madre, no tienen vínculo con la madre. Esa comprensión tiene efectos muy amplios.
¿El respeto no es un factor fundamental para poder establecer este orden dentro de la jerarquía? ¿Cómo se logra eso cuando no hay respeto?
No se puede lograr. Sin respeto uno está en el lugar equivocado, no importa, simplemente se fracasa; eso tiene sus consecuencias. Si no fuera así, todos serían ricos y tendrían éxito.
¿Se podría decir que todos los que respetan a sus madres son personas exitosas ciento por ciento, o hay excepciones?
Se puede ver muy fácilmente si alguien está en sintonía con su madre, su rostro está iluminado, radiante y se lo ama. Y si se está en un negocio, entre los vendedores se ve de inmediato quién está en sintonía con su madre y ahí acude la gente. Tan fácil.
¿Cómo hacemos entonces para respetar, tal vez, a nuestra madre cuando vivimos experiencias con ella que nos llevan casi, consciente o inconscientemente, a no respetarla. Cómo perdonamos esa situación?
En ese caso nos ponemos por encima de ella, en ese momento nos ponemos por encima en un nivel superior a ella. También hay algo que juega un papel importante: bajo la influencia de nuestra conciencia diferenciamos entre bien y mal, entre una buena madre y una mala madre. Cada madre como tal es perfecta, al servicio de la vida es perfecta y entonces ¿cómo puede uno decir "mi mama es mala"? Porque no está reconociendo lo fundamental, lo esencial: de dónde proviene su vida, y eso es la superioridad. Si se pone por encima del origen de su vida, entonces, ¿cómo puede tener éxito en su vida, si no reconoce el origen?
¿Qué tan rápido podría cambiar nuestra vida a partir de entender este concepto como para empezar a hacer el cambio e ir hacia una vida exitosa?
El cambio se da a través del crecimiento interior, es decir, al despedirse de los sueños y reconocer exactamente lo que es. La verdad no es otra cosa que hechos, la verdad más grande son hechos y la verdad más grande y la más importante de todas es de la que todo depende: que tenemos un padre y una madre, esa es la verdad. Sin ese padre y sin esa madre nosotros no estaríamos vivos, solo vivimos porque los tenemos a ellos. Todo lo decisivo proviene de ellos, solamente de ellos. Solamente necesito reconocer eso y entonces me vuelvo humilde y ocupo mi lugar adecuado, que es por debajo de todo. En ese instante, a mis padres les puedo decir:"¡Gracias, gracias por todo!" y hacer algo bueno con aquello que me dieron. De repente, la persona tiene fuerza y los padres están detrás de ella, entonces tiene éxito. El que se anda quejando es siempre pequeño y débil, como el que hace reproches, que dice que la culpa es de los otros y que espera algo que nunca llega… pero a los padres los tiene siempre.
Bert Hellinger
 
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