Opinión de Bert Hellinger

¿Qué es el destino?

Debemos diferenciar. Nosotros mencionamos el destino de distintas maneras.

El primer tipo es el que mencionamos como imposible de cambiar.

Por ejemplo estos padres, es destino, a veces también el tener una incapacidad es un destino, nacer en un determinado pueblo.

Y como nos manejamos con este destino. ¿Estamos de acuerdo y lo aceptamos tal como es? Algunos tratan de rechazarlo. Por ejemplo, algunos desearían tener otros padres, huir del destino de su pueblo.

En ese momento en que se tratan de defender de ese destino se vuelven débiles.

Solo estando en sintonía nos volvemos fuertes y podemos crecer.

Eso tiene consecuencias amplias para nuestras relaciones.

Cada vez que nos encontramos con una persona nos encontramos con un destino que no puede cambiar. También debemos aceptar ese destino. Es importante en la relación de pareja.

Cada uno tiene un destino. Muchas veces se defiende contra el destino del otro, y el amor está en peligro. Respetando el destino puede amarse muy profundo.

El segundo es una implicancia. Y que estemos implicados en los destinos de otros miembros de la familia. Esto puede ser cambiado un poco y este trabajo trata de solucionar este tipo de destino.

A veces los padres por su implicancia condicionan a sus hijos. Esta implicancia se vuelve destino para los hijos. Mas tarde cuando los hijos pueden reconocer la implicancia pueden separarse de ese destino de los padres de cierta manera.

Ese destino a veces espera que pueda ser solucionado por ejemplo aquí cuando trabajo con una persona y veo su destino, me inclino ante él. Sin querer cambiarlo y entonces a veces su destino viene hacia mi y me permite mostrarle una salida de este lazo.

Es decir que son dos tipos de destino. El que no se puede cambiar y el otro que permite un cambio.

Hay un tercer tipo que se vive como MISERICORDIA, por ejemplo cuando somos salvados de algún tipo de peligro.

Encontrar una pareja con quien nos sentimos unidos muy profundo, es un destino, es un regalo.

De la misma manera nos encontramos con un peligro, una catástrofe, con un destino que de afuera se inmiscuye para nuestro bien pero también quizás de una manera que nos aniquila y también con esto debemos estar de acuerdo tal como es y entonces estamos de acuerdo con el destino de todas maneras.

Y esto es asentir el destino tal como es.