Los órdenes en la adopción
En lo que se refiere a adopciones, Hellinger ha llegado a diversas comprensiones que, a primera vista, pueden parecer osadas, pero finalmente sí resultan claras y hasta beneficiosas. Primeramente dice que los padres carnales siempre son los mejores padres que un niño puede tener. Si los padres no están disponibles para criar y educar a los hijos, por orden jerárquico les toca a los abuelos. Cuando tampoco hay abuelos, ni otros familiares más cercanos, la adopción es justificada. Un padre que repudia o no admite al hijo, ha perdido el derecho al hijo. Aún así, los padres adoptivos nunca deben sentirse como los padres mejores. Si no respetan y valoran a los padres carnales del niño, más tarde, el hijo adoptivo se enfrentará con los padres adoptivos. De esta manera se muestra la profunda fidelidad de los hijos con sus padres, aunque fueran repudiados o no pudieran criarse con ellos.
 
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